Y terminamos.... El último taller en cada vereda fue algo que no esperaba. Durante estos 4 meses del proyecto conocí a personas muy valiosas, me reí y me sacaron la piedra, aprendí y enseñé, viajé, conocí, aguanté calor, me llovió (un par de veces), pasé un río en carro, crucé un puente agarrado con babas, me tocó lidiar con canes y semovientes en la trocha a la escuela, me agradecieron varias veces, me llaman "profesor", barrimos las escuelas, entristecí con un par de situaciones de esas en las que no sabes muy bien que decir, dejé de asistir únicamente a un taller, comí yogurt y jugos con pasteles y galletas, jugué fútbol y gané, jugué sapo y gané, vi película y organicé un cine, viví en carne propia la falta de recursos en las escuelas de las veredas de mi país y los zancudos hicieron fiesta en mis manos, brazos y cuello. Después de todo este tiempo compartido, donde yo aprendí muchísimo mas de lo que fui a enseñar, de esas sonrisas y esos ojos de esperanza en cada niño, me quedé sin palabras pero con muchos sentimientos y muy bonitos.
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